Revista Perspectiva | 14 marzo 2025.

La transversalidad versus los nuevos medios específicos

    18/10/2017.

    Tomeu Ferrer

    Periodista

    Los últimos conflictos laborales han mostrado con crudeza la necesidad de que exista una prensa que contraste las fuentes, que no sea dependiente de las subvenciones públicas y que no dependa tampoco de la publicidad del Ibex 35.

    Hemos visto como los estibadores, los operarios del Metro de Barcelona o los trabajadores de los filtros de seguridad de Eulen eran estigmatizados por grandes diarios y televisiones. Y hemos visto también que era y es imprescindible la existencia de otros medios de comunicación que daban voz a los afectados y permitían que trascendiera un relato alternativo.

    La crisis ha hecho emerger otros medios de comunicación. La prensa ha sido después de la construcción el sector con más despidos. Las direcciones de los diarios han aprovechado la ocasión para deshacerse de elementos incómodos o críticos.

    La respuesta a las purgas ha sido inesperada para el poder: muchos periodistas han creado nuevos medios para buscar la independencia, profesional y económica y unas estructuras mucho más horizontales que las de la prensa clásica.

    A menudo estas nuevas publicaciones tienen solo un formato informático, lo que limita la difusión, porque hay sectores que no tienen aún acceso a Internet o no poseen suficiente habilidad para usar este medio. La razón de dicha elección es clara: mediante Internet se eliminan dos de los grandes costes de la prensa: el papel y la distribución.

    Las nuevas publicaciones suelen no tener ánimo de lucro. Esto significa que su ambición es pagar salarios y gastos fijos y, si hay beneficios, invertirlos en dos direcciones: contratar más periodistas y mejorar el producto. Y cuando desde los nuevos medios se contrata, se hace en condiciones socialmente correctas: tienen claro que nuestra precariedad es tu desinformación.

    ¿Cómo se financian los nuevos productos periodísticos?, suma, con el apoyo de sus lectores y en segundo lugar con publicidad. Afirmamos que nada es gratuito, y que la información o la pagamos nosotros o la paga la familia Botín. Y los lectores pagan de maneras diferentes las publicaciones con las que se identifican. Una es seguirlas, colaborar, hacerse socios cuando así se plantea, o difundirlas. La segunda es contribuir en forma de suscripción.

    Desde el punto de vista periodístico se ha abierto el debate sobre si estos nuevos medios, que son por definición pequeños y con una visión parcial del mundo, ayudan o no a la creación de fenómenos de nuevo fascismo, como el que representa Trump en NorteAmérica. Por el contrario, se esgrime que en aquel país, medios clásicos como el New York Times o el Washington post representan una barrera contra planteamientos populistas. Los partidarios de esta tesis tildan a los grandes medios de transversales.

    Yo creo que debemos hacer el análisis concreto de la realidad concreta. Ver si en España, o en Catalunya, la tesis anterior se cumple. Por lo tanto, primero habría que identificar ¿cuáles son los medios transversales aquí? Como quien planteaba la tesis citada era subdirector de un diario convencional pienso que se debe referirse a este tipo de publicación. ¡Examinemos si los diarios transversales aquí se comportan como tales en momentos de tensión!: os planteo un reto, mirad 15 días antes de la realización de las últimas huelgas generales qué decían las publicaciones transversales sobre aquellas movilizaciones y verá si lo son o no transversales en el sentido norteamericano.

    Se podría pensar si la existencia de medios que tienen una visión determinada sobre la realidad, Diari del Treball, sin ir más lejos, apuesta por el trabajo como un derecho; afirma sin ambages que es partidario del Estado de bienestar, juegan un papel positivo o no. Opino que si éste, o medios similares, no existieran, la clase obrera desaparecería prácticamente de la información o solo saldría para ser culpada de los males que convengan en cada momento, es una constatación.

    Cuando una sociedad tiene tensiones sociales o las posiciones diferentes no tienen mecanismos de expresarse se produce una dictadura del pensamiento. Esto facilita actitudes autoritarias y permite ocultar la corrupción del poder. Solo un apunte en este sentido, La Soli era un diario pequeño, pero gracias a su existencia se denunció y se pudo detener el pistolerismo en Barcelona, con la denuncia del caso del varón de Konig o el caso del estraperlo, que tumbó el gobierno del Bienio Negro con Lerroux al frente. Y son sólo dos muestras.

    Barcelona, 18 de Octubre de 2017