Revista Perspectiva | 4 mayo 2024.

 Joven: También va de clases

    30/05/2018.

    Xavier Navarro

    Responsable de Estudios y Cultura FSC-CCOO

     

    Los jóvenes, los más castigados. La generación más formada de la historia y la que menos opciones y oportunidades tiene. Joven es sinónimo de precariedad. Todas estas, son afirmaciones reiteradas en diversos ámbitos, las más recurrentes incluso para hacer oposición a  las políticas neoliberales desarrolladas por las opciones políticas que aplican el ideario hegemónico, clasista y desregulador.

    Las elevadas tasas de desempleo, la precariedad laboral que genera la aplicación del ideario neoliberal, concretado en la “contrareforma laboral“ y otras agresiones legislativas que complementan la mayor; ha generado toda una cantidad de debates, estudios, informes, demasiadas tertulias con mucho sesgo ideológico, y una preocupación intensa por la cuantificación estadística del número de desempleados; pero siempre hablando de jóvenes como si fuese una realidad única.

    Hablar de juventud como si fuese un universo único, falsea la realidad social. Hablar de juventud, aproximarnos a este mundo, entender, conocer y proponer, en nuestro caso, es una obligación puesto que nos dirigimos a una realidad de posibilidades y problemas que están relacionados con la falta de empleo, la precariedad laboral, la falta de oportunidades de desarrollo profesional, en muchos casos, a pesar de haber tenido una buena formación (aún tenían oportunidad de ser universitarios bien formados), falta de oportunidades educativas y formativas en el escenario social y económico actual, y en muchos casos la experiencia de la pobreza.  Es cierto que muchos de estos problemas son generalizables, pero en la juventud de los sectores sociales golpeados y castigados por las políticas de contrarreforma social y económica, se genera una mayor vulnerabilidad.

    Pero como enunciamos, la juventud no es un universo único, se es joven de diferentes maneras, en función de la diferenciación social. La condición de juventud no se vive de igual manera para todos los integrantes de la categoría estadística de joven. La juventud perteneciente a los sectores de la clase dominante y hegemónica vive esta etapa de manera bien diferente y se enfrenta a la realidad social y económica desde otra posición.

    Hablar, por tanto, de juventud en singular, es un error, tendríamos que acostumbrarnos a hablar de juventudes para poder dirigirnos a este entramado social complejo, donde no solo vivimos diferentes realidades sociales sino también de desigualdad de género. No es lo mismo ser joven rico que no serlo, no es lo mismo formar parte del conglomerado complejo que conforma la clase trabajadora que por contra formar parte de la clase dominante; y tampoco es lo mismo ser mujer joven que hombre joven. Las afectaciones son distintas y diferentes, las oportunidades, las posibilidades de inserción laboral y conseguir espacios de reconocimiento profesional no son ni de lejos iguales. Si esto es así, nuestro discurso, nuestras propuestas, deben estar cargadas de un gran contenido social.

    La ofensiva neoliberal ha relegado a la periferia el mundo del trabajo, un mundo del trabajo que está en enorme transformación, desarrollándose nuevos sistemas de creencias y valores respecto a éste y la vida en general, que llevan a cuestionar si el trabajo significa lo mismo que significaba antes; pero a pesar de todo ello, el trabajo como relación social sigue siendo central en las vidas cotidianas de las personas, pues es  en torno al trabajo que se articulan una parte sustancial de las relaciones que dan sentido a las vivencias en sociedad.

    El trabajo además de proporcionar una fuente de ingresos o medios para la supervivencia, posibilita la interacción social y nos proporciona estatus e identidad  personal y social, y también su posición (ésta viene determinada en gran medida por la situación económica y sociolaboral de la persona) en el mundo del trabajo lo que les identifica como parte integrante de una posición social u otra. Como nos dirigimos a estos jóvenes, qué lenguaje utilizamos y que fórmulas planteamos, son cuestiones fundamentales en la conformación de la identidad social y su organización.

    Barcelona, 30 de Mayo de 2018