Revista Perspectiva | 14 marzo 2025.

El currantado en las viñetas

    22/05/2019.

    Pepe Gálvez

    Guionista, crítico, sindicalista

    Y sin embargo existe

    El Trabajo y las personas que viven de él y que con él crean la riqueza, han tenido escaso protagonismo dentro del cómic. Ha predominado más la ausencia que la presencia en línea con lo que sucede en el conjunto de la cultura. Sin embargo desde muy temprano ha habido excepciones a esa regla de “no existencia”. Así en la serie onírica Pesadillas de cenas indigestas (1904-11) una de las primeras obras de Winsor McCay,  autor que es una referencia clásica del cómic americano.

    Una cultura propia

    Pero la cultura obrera, que es parte fundamental del componente igualitario de la especificidad social europea, se ha desarrollado esencialmente al margen de los canales industriales de la cultura de masas. El panfleto, el mitin, la revista reivindicativa, la asamblea, las pintadas, las manifestaciones, los piquetes en las huelgas han sido durante mucho tiempo, los medios de comunicación propios y especializados en la difusión de la reivindicación y en la llamada a la lucha y la solidaridad. En todos ellos el texto escrito u oral describía, y aún describe, brevemente parte de la realidad social con una llamada a la intervención para modificarla. De esta manera conformaba el inicio de un relato que se invitaba a desarrollar los receptores del mensaje. Ha muerto un hombre  (Ponent Mon ,2007) de Kris (guión)  y Etienne Davodeau (realización gráfica) recupera la intensidad y la emoción de esta cultura de la agitación y su  inmediata transformación en acción. Y lo hace por medio de la descripción de la intervención propagandística del cineasta francés René Vautier en el movimiento de huelgas obreras que se produjo en la ciudad, entonces en reconstrucción, de Brest en la primavera de 1950. La primera parte de la narración nos presenta al protagonista, describe una manifestación, su represión por la policía que provoca la muerte del obrero Edouard Mazé y la posterior respuesta solidaria que contempla y filma por Vautier. En la segunda el protagonismo pasa a la difusión, en múltiples e improvisados ??escenarios de esta filmación que se acompaña con el recitado del poema de Paul Éluard que da nombre al libro. En esta parte la respuesta al mensaje, pasa a ocupar un lugar protagonista con la presencia de los espectadores –los trabajadores en huelga- y sus reacciones y sobre todo con la recreación improvisada de dicho poema por parte de un sindicalista. Pero el ciclo emisor-receptor todavía hace otro movimiento significativo cuando Éluard escucha el registro magnetofónica de aquella recreación de su propia obra. Ha muerto un obrero es épica currante, está construida no sólo sobre lo ignorado u olvidado sino también sobre la acción colectivo, sobre la confluencia de pequeñas gestas que desafían no sólo el falso orden represor sino también su subordinación social. Etienne Davodeau, por su parte también es autor por una parte de Las malas gentes en la que describe la experiencia de sus padres  en la transición del sindicalismo cristiano al sindicalismo de clase y por otra de Los ignorantes ( La Cúpula 2017)  que es un canto al Trabajo entendido como  curiosidad, ganas de saber y ambición de conocer no para acumular erudición sino para disfrutar más y mejor con nuestras células grises y con nuestros sentidos. Un concepto del Trabajo que cada vez tendrá más importancia en la época de la revolución digital. Es también un relato de iniciación mutua entre un historietista y un viticultor, de acercamiento y conocimiento entre sus dos mundos. ¿Qué tienen en común el mundo del cultivo de la vid y elaboración del vino con el de la creación historietística? Pues que son dos procesos creativos que comparten el compromiso del autor con su obra y el hecho de que en ambos casos lo que se cultiva, lo que se realiza alcanza su verdadero valor al ser leído o ser bebido. Dos procesos en los que la parte industrial interviene después de la creativa, después de las que las manos de las personas hayan trabajado ideas y formas  en un caso o tierra y cepas en el otro.

    Proletarios del todo el mundo

    Entre nosotros hay que señalar Entretelas (La Cúpula 2012)  obra de Rubén del Rincón en la que describe la lucha de su padre y otros compañeros constituidos en cooperativa para salvar la fábrica del textil  abandonada por el empresario. La historia improcedente  (Gargantúa 2012) de Diego de Isusi y Javier de Isusi trata por su parte de un despido improcedente y se basa en la experiencia personal de Diego. Pero el autor que ha incorporado al currantado con  más frecuencia  en sus historietas ha sido Carlos Gímenez, del que ya hemos citado en otro artículo la historieta El elemento de presión precisa y divertida concreción del conflicto laboral y de la combinación entre propuesta y movilización en la estrategia sindical. Giménez después de recrear en Paracuellos las duras vivencias de los niños “acogidos” en los Hogares del Auxilio Social de la posguerra, describió en  Barrio ( Todo Barrio , DeBolsillo, 2011) la cotidianeidad de un barrio obrero en los años cincuenta del siglo pasado De las diferentes historietas que componen la serie hay que destacar Bernardo y La chabola, en la primera se describe la represión sobre las organizaciones políticas obreras mientras que la segunda es un hermoso relato de solidaridad currante, en este caso entre los emigrantes que han llegado del campo a la ciudad, otra muestra de la épica colectiva. Y sobre la emigración, pero esta vez la que realizaron muchos trabajadores españoles a Alemania, trata Nieve en los bolsillos: Alemania 1963, guión y dibujo Kim (Norma Editorial), narración autobiográfico que describe un viaje que finalizará en la ciudad alemana de Remscheid y que por una parte, se convierte en un espejo en el que se refleja desde lejos la España sometida a la dictadura franquista. Mientras que por otra parte, nos muestra como los motivos que provocaron entonces nuestra emigración, a Alemania y Suiza principalmente, son similares a los que generan la actual inmigración que recibimos: las diferencias económicas y de bienestar entre la sociedad de origen y la de destino, así como la ausencia  o debilidad de libertades y derechos. Así mismo, la lectura de las vivencias de aquellas personas nos acercan a las que llegan a nuestras sociedades desde el Sur, al extrañamiento social y lo difícil que es vivir en condiciones irregulares. La corta secuencia en la que Kim describe la llegada de un contingente de emigrantes españoles en autobuses, confundidos, marcados por el estigma de su pobreza y con el miedo y la tristeza en sus caras, nos ofrece una lúcida perspectiva sobre el componente traumático de la emigración forzada.

    Contra la precariedad

    La joven polaca Daría Bogdanska , la autora y protagonista de Esclavos del trabajo (Astiberri, 2018)  también ha emigrado, en este caso a Suecia y ahora. Ella se encuentra en un periodo de definición de su vida, de superar inseguridades, de disfrutar el espacio abierto de la amistad, de navegar el mar alborotado de las relaciones sentimentales. Todo ello muy común en los actuales relatos autobiográficos protagonizados por jóvenes, pero además muestra sensibilidad ante la injusticia laboral, no la acepta como natural o inevitable y decide enfrentarse a ella de forma organizada.

    Sin estudios, ni conocimientos de la lengua sueca, ni contratos previos que le ayuden salvar los enrevesados trámites burocráticos, se ve obligada a aceptar trabajos precarios de corta duración para subsistir antes de recalar como camarera, sin contrato, en un restaurante indio. En este último vive en sus propias carnes de inmigrante la explotación laboral y la discriminación salarial a la que se enfrentará victoriosamente con apoyo sindical. Paradójicamente, la ciudad de Malmö y los ambientes laborales en los que se mueve Daria tienen un cierto toque progresista de sociedad abierta que, sin embargo, incorpora una fuerte desigualdad laboral, contradicción ejemplificada en el empresario animalista que no paga a sus trabajadoras. Es decir, nos describe una realidad que también se da  abundantemente entre nosotros.

    Barcelona, 20 de Mayo de 2019