Revista Perspectiva | 14 marzo 2025.

Siguen siendo malos tiempos para la lírica

    01/12/2021.

    Manuel Nicolás

    Sindicalista y músico

     

    En la actualidad existe un gran contrataste entre la cultura y el mundo del trabajo, siendo cierto que en nuestro país existió durante la última mitad del siglo XX, una cultura comprometida con los anhelos de libertad, progreso y democracia de la clase trabajadora de nuestro país.

    En 1990 Germán Coppinii de Golpes Bajos publicaba el tema “Malos Tiempos para la Lírica” que es la perfecta antesala de la nueva hegemonía cultural que estaba por venir. Posteriormente a principios de los 2000 apareció Operación Triunfo haciendo una enmienda a la totalidad de lo que se estaba haciendo anteriormente, que no era precisamente socialismo cultural, pero sí introdujo el gen neoliberal basado en lo inmediato y lo comercialmente rentable.

    Volviendo al presente y en plena efervescencia de la generación “Millenials”, con todo lo que ello conlleva; nuevas formas de relacionarse a través de las redes sociales, nuevos gustos culturales y sobre todo una nueva subcultura musical muy relacionada con la sexualización, derivada directamente de una educación sexual por imitación de las “enseñanzas” de la pornografía, y que genera un estrecho margen para grupos que quieran plasmar mensajes que estén relacionados con la problemática cotidiana de la clase trabajadora. Géneros como el reguetón que contienen en su mayoría de temas letras extremadamente machistas, son los más hegemónicos entre la población más joven y aunque parezca mentira siguen creciendo, mientras que nuestra sociedad actúa de contrapeso reclamando un formato social mucho más igualitario basada en los principios feministas.

    Uno de los principales problemas es que la cultura ha abandonado el mundo del trabajador o la reivindicación social en busca nichos de mercados rentables no por iniciativa propia sino más bien como el único camino con ciertas certezas de éxito. Este fenómeno está estrechamente relacionado con la desubicación social de la mayora de la población de nuestro país, ¿para qué cantar al obrero, si nadie se reconoce como tal?, dejando toda la temática en significantes comunes como son el amor, sexo, etc.

    Es muy importante desde el mundo el trabajo generar movimientos culturales basados en la relación entre iguales, que reivindique las necesidades que tenemos como clase y que concluya en corrientes culturales concretas que sirva como vehículo dinamizador entre artistas y sociedad.

    Julio Anguita dijo en una entrevista “que los políticos somos hijos de la sociedad que nos pare”, y el mundo de la cultura no puede ser menos. Es más necesario, que nunca, que como trabajadores generemos las condiciones para que la cultura tenga un espacio con perspectiva de clase y viceversa. En un momento histórico tan importante como el actual es más que necesario disputar estos espacios culturales porque de no ser así la ultraderecha vendrá para censurarla o por lo contrario para importar su prototipo de cultura.

    Para finalizar me gustaría hacer una petición, y no es otra que apoyar a una cultura alternativa que existe y está muy viva, pero que quizás no tenga el impacto mediático que merecen por contradecir el ideario dominante, y que necesita de un empujón por parte de la sociedad que no se resigna, y que busca alternativas para la relación entre seres humanos. Y no olvidar a los muchos artistas, que siguen comprometidos con nuestra clase y me gustaría acabar con una frase que dijo Noni de los Lori Meyers en una entrevista en Youtube “Vox es una marca de amplificadores y todo lo demás es puro fascismo”.

    Noviembre de 2021