Revista Perspectiva | 15 marzo 2025.

Manifiesto por el trabajo y la cultura

    11/12/2021.

    Porque estamos convencidos de que el mundo del trabajo es el factor más importante a la hora de generar una conciencia cívica.

    Porque la dignidad laboral es inseparable de la dignidad democrática de una sociedad.

    Porque el desamparo, el miedo y la inseguridad en las condiciones de vida son una invitación a escudarse en los instintos irracionales.

    Porque hay dinámicas fundadas en el descrédito de la razón, la verdad, el conocimiento, la ciencia y las instituciones.

    Porque necesitamos una convivencia capaz de oponerse con hegemonía cultural al irracionalismo en defensa de los valores de un progreso común.

    Porque es imprescindible una cultura democrática que legitime el poder y las instituciones capaces de defender la libertad, la igualdad y la fraternidad.

    Porque son muy peligrosas las invitaciones a confundir la libertad con la ley del más fuerte.

    Porque son muy peligrosas las invitaciones a olvidar que la convivencia justa necesita marcos sociales que regulen las condiciones de igualdad para la ciudadanía.

    Porque nos negamos a que la fraternidad se menosprecie y confunda con la ingenuidad y el engaño.

    Porque la bondad y la solidaridad son el resultado del conocimiento y la educación en los valores humanos.

    Porque nos negamos a la mercantilización de la historia, la vida y el tiempo.

    Porque desconfiamos de los mercaderes del tiempo que quieren vendernos como novedades sus privilegios de siempre.

    Porque desconfiamos de los mercaderes del tiempo que descalifican como sueños trasnochados las aspiraciones a un mundo más justo.

    Porque estamos convencidos de que la apuesta por la cultura es una apuesta por la justicia y por la libertad.

    Porque estamos viendo que en las sociedades consumistas se confunden los deseos egoístas con los derechos y la avaricia con la productividad.

    Porque estamos viendo que los fanatismos autoritarios vuelven a asaltar las sedes sindicales y los edificios que encarnan la soberanía popular de las naciones.

    Porque la cultura no es un lujo, un adorno o un capricho elitista, sino una invitación a conocer la realidad del mundo y a comprender el dolor ajeno.

    Porque la cultura puede evitar la fragmentación de las identidades en reivindicaciones minoritarias que utilicen las ofensas propias y las afirmaciones particulares para provocar una renuncia al bien común.

    Porque la mejor defensa del bien común de una sociedad es la defensa de un trabajo decente, razonable y respetado para toda la ciudadanía.

    Porque aprendimos con Albert Camus que es tan importante la dignidad en el tiempo laboral como en el tiempo de ocio.

    Porque aprendimos con García Lorca que es importante alimentarnos a la vez con un pedazo de pan y con un libro en las manos.

    Porque aprendimos con Teresa de Jesús que la verdad de cada uno anda entre los pucheros de cada cocina.

    Porque aprendimos con Juana Inés de la Cruz que la vida es tan sabia como valerosa.

    Porque las primeras alianzas obreras surgieron cuando la cultura rural fue sustituida por la cultura urbana y las humillaciones de clase desembocaron en las grandes bolsas de pobreza y en las explotaciones sin escrúpulos.

    Porque estamos viviendo ahora una transformación digital del mundo que debe abrirle caminos a la dignidad humana y no a nuevas formas de injusticia, desregulación y desamparo.

    Porque las conquistas de la ciencia y la tecnología deben ser conquistas sociales y no nuevas formas de precariedad y explotación.

    Porque no podemos permitir que haya personas desechables, sobrantes, prescindibles o condenadas a la humillación.

    Porque conocemos nuestra historia y cuando la dictadura en la España de los años 60 quiso hermanar el desarrollismo con la represión nació un sindicato como CC.OO para afirmar que no hay economía justa sin libertad, ni libertad sin una economía justa.

    Porque estamos orgullosos de nuestra historia, y de nuestros compromisos, y de nuestras certezas, y de nuestras dudas, y de nuestro presente, y de nuestra manera de recordar el pasado para seguir caminando hacia el futuro.

    Porque creemos que la conciencia crítica es imprescindible para no someterse al miedo y las condiciones humillantes del orden injusto.

    Porque una conciencia crítica no debe confundirse con un fanatismo roto que acabe manipulado por los enemigos.

    Porque el respeto al conocimiento ayuda a buscar la información y evita las caídas en las trampas comunicativas de las mentiras, las calumnias y las falsas noticias.

    Porque la dignidad en nuestros oficios y trabajos impiden que los poderosos nos hagan cómplices de sus órdenes injustas, sus mentiras, sus calumnias y sus falsas noticias.

    Porque creemos en el cine que denuncia el dolor evitable, en las imágenes que nos muestran las realidades que quieren ser enmascaradas, en los libros que nos ayudan a comprender las otras vidas, en las meditaciones que se niegan al fanatismo de lo propio y en las músicas que nos reúnen para cantar, bailar y celebrar la vida en común.

    Porque los buenos argumentos nos enseñan siempre a cuidar y a ser cuidados.

    Porque la diversidad no tiene por qué ser una fragmentación, ya que es posible una convivencia con respeto común a la multiculturalidad.

    Porque la pobreza es una forma de contaminación moral y la lucha necesaria contra el deterioro del planeta no puede generar nuevas formas de pobreza.

    Porque la palabra derogar es a veces tan importante como la palabra constituir.

    Por todos estos motivos y por otros que tienen que ver con cada uno de nuestros corazones, nuestras perspectivas, nuestras experiencias, nuestros abrazos, nuestras lámparas, nuestras almohadas y nuestros despertadores:

    Nosotros y nosotras, hombres y mujeres de CC-OO, afirmamos una vez más a lo largo de nuestra historia, en este 12 Congreso Confederal, que creemos en la alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura. Nos agrupamos así en una lucha colectiva que quiere acabar con cualquier tipo de opresión.

    Queremos que el mundo cambie de base y que los frutos de la tierra se repartan por igual entre los seres humanos. Y queremos verlo más pronto que tarde. Mejor hoy que mañana, mejor el mes que viene que dentro de un año, mejor con este gobierno que con el siguiente.

    Compañeros y compañeras, que así sea.

    Octubre de 2021