Revista Perspectiva | 23 abril 2024.

El capitalismo de vigilancia y los retos del sindicato

    Vivimos en una fase del sistema capitalista que la socióloga Shoshana Zuboff ha denominado como la era del capitalismo de vigilancia, que hace referencia a la mercantilización de datos personales. A lo largo de un día usamos cientos de veces nuestros dispositivos electrónicos: móviles, tablets, portátiles; cientos de aplicaciones y muchas búsquedas en internet. Con estas acciones estamos generando una enorme cantidad de datos sobre nuestros hábitos de consumo y de vida. Estos datos son utilizados por las gigantes tecnológicas para venderlos a todo tipo de empresas con fines lucrativos. Además, muchas de esas empresas recurren a la ingeniería fiscal para pagar menos impuestos. 

    11/04/2023. Adrià Junyent Martínez, secretario confederal de Juventud de Comisiones Obreras
    El capitalismo de vigilancia y los retos del sindicato

    El capitalismo de vigilancia y los retos del sindicato

    Los retos y amenazas de este momento nos obligan a buscar una solución realista, alejada del ludismo o de la distopía de series como ‘Black mirror’ o el tecno optimismo; la tecnología no es por sí misma buena o mala, depende de lo que hagamos con ella. Por esto necesitamos gobernar los cambios y hacerlo desde lo público, generando marcos regulatorios y normativas que protejan los derechos de la ciudadanía y de los y las trabajadoras, que pongan límites a estas empresas que incumplen sus responsabilidades tributarias. 

    En este sentido, España ha sido el primer país del mundo en regular los algoritmos en el mercado de trabajo, dando potestad a los comités de empresa para revisar los algoritmos en la llamada Ley Rider. Todo esto con un acuerdo entre los agentes sociales y el Gobierno. Este ejemplo debe servir para poner de manifiesto que es posible regular cuando existe la voluntad política para hacerlo y, de la misma manera que con esta ley se protegen los derechos laborales de los trabajadores y las trabajadoras de plataformas digitales, es necesario avanzar en otros aspectos. También la Carta de Derechos digitales elaborada por expertos para la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial pretende poner el foco de atención en ese entorno digital donde vivimos.

    Una de las cuestiones sobre las que es importante actuar es en los sesgos potencialmente discriminatorios de las Inteligencias Artificiales en los procesos de selección, que se usan para descartar miles de currículums y que pueden discriminar por género, clase o raza, como ya se ha denunciado en algunas ocasiones. En la medida que una tecnología es diseñada por una persona esta puede incorporar los sesgos de sus creadores, ya sean de género, de raza o clase. Además, quienes suelen diseñar estas herramientas suelen ser hombres, blancos y con cierto capital cultural y capacidad económica en su familia.

    Avanzar en la alfabetización digital de la población contribuirá a tener usuarios mejor informados sobre sus derechos, pero también hay que ampliar la regulación sobre los derechos del consumidor, como el derecho a la privacidad o al olvido. La protección de datos debe darse de una forma fácil, sin tener que hacer grandísimos esfuerzos como ocurre ahora, para eliminar las “cookies” hay que realizar varias acciones como seleccionar muchas veces que no queremos que se vendan nuestros datos.

    Frente a esta realidad, que ya es presente, nos toca actuar desde distintos ámbitos y el sindicato tiene como reto luchar contra las externalidades negativas de los algoritmos, es decir, cuando un algoritmo premia la celeridad, te obliga a ir más rápido, poniendo en riesgo hasta tu vida, como en el caso de los riders o las trabajadoras y trabajadores de Amazon. Otra exigencia es que siempre que existan algoritmos haya una validación por parte de una persona y evitar así situaciones como las denunciadas por las trabajadoras que eran penalizadas al obtener una baja puntuación por parte de clientes cuando ellas se negaban a alguna proposición de carácter sexual. En definitiva, nos toca estar junto a las trabajadoras y trabajadores defendiendo sus derechos en un nuevo contexto que ha venido para quedarse.

    Queda mucho camino y para conseguir defender los derechos de la clase trabajadora necesitamos seguir estableciendo alianzas, trabajando con rigor y así lograr que nuestros datos no sean una mercancía y se protejan nuestros derechos.